El mundo al reves: Proteccion policial para oficales de reforma agraria en Canindeyu, Paraguay
21 de Enero de 2009 - Colonia San Juan, Puente Kyjha, Canindeyu
Cerca de la frontera con Brasil, en la provincia de Canindeyu, encontramos ‘la sojalandia por completo’, o, digamos, uno de los centros de la destrucción por la soja. Esta transformación completa en una zona de agricultura industrial sucedió en un plazo de solamente diez años.
Como en muchos otros sitios en Paraguay, el Instituto Nacional de Desarrollo Rural y de la Tierra (INDERT) fue, hasta hace poco, profundamente sobornable. En principio se asignaron muchas tierras de cultivo a familias sin tierra, pero después se vendieron estas mismas tierras a agricultores brasileños de soja. El mismo pasó en Colonia San Juan, cerca de la ciudad de Puente Kyjha. En esta comunidad se asignaron 8000 de hectáreas de terreno a familias sin tierra, pero después de seis meses fueron expulsadas ya que se revendió la tierra a los latifundistas.
Desde entonces esta comunidad, organizada en la Federación Nacional Campesino (FNC) lucha por reclamar la tierra. Pero tenían que reducir su demanda hasta solamente 2000 en vez de las originales 8000 hectáreas, porque no podían probar de más que estas 2000 que fuesen ‘malhabida’, entonces esta es la tierra que se está reclamando ahora.
Con el cambio del gobierno, finalmente parecían poder realizar su objetivo. 14 de enero, INDERT vino para estimar la situación, para comprobar qué parte de la tierra pertenecía a quien y qué parte se tendría que devolver para ser designada a las 200 familias sin tierra de la FNC viviendo en esta zona. Los empleados de INDERT fueron asaltados por los agricultores de soja, que estaban golpeando el camión e intentando a empujar al empleado de INDERT, Alberto Romero. INDERT tenía que parar y se pospuso el trabajo.
El periódico Última Hora cuenta de cómo cientos de campesinos, que ahora se encuentran en el colegio San Roque de la Colonia San Juan, fueron separados por la policía de una multitud enfurecida de terratenientes. La portavoz era (¿deliberamente?) uno de los terratenientes más pequeños (18 hectáreas), que lanzó amenazas de matanzas. Después de esta amenaza, INDERT canceló la reunión y empezó a averiguar los primeros terrenos de tierra. Tenía que ser protegido por una fuerza fuerte de seguridad. Sin embargo, no llegaron a comprobar más de seis de los 163 terrenos que había.
Agricultores de soja amenazan con ‘matanzas’.
Después de la primera inspección, los agricultores de soja predicieron una ‘matanza’ cuando los empleados de INDERT entregarían los terrenos a las familias sin tierra. Además el jurista Eduard Bernal presentó una queja ante el presidente de INDERT, Alberto Alderete, por la falta de respeto hacia los derechos de ‘varios campesinos’ a los terrenos en esta zona y por ‘invadir propiedades’.
La FNC reaccionó con la movilización de los movimientos de base para acompañar INDERT a la próxima ocasión. La FNC ha puesto en marcha una campaña más global contra la “sojización”.
Lunes 19 de enero una asamblea de la FNC en Colonia San Juan decidió a darles un mes a los agricultores brasileños de soja, hasta el 20 de feberero, para recolectar su soja y abandonar las tierras. También anunciaron que la gente a quíen se adjudicarán un terreno, acampará en estos terrenos hasta que se haya recolectado el cosecho.
Miércoles 21 de enero INDERT volvió a Colonia San Juan, protegido por cien policías, para volver a trabajar. Una imagen muy insólita en Paraguay, donde la represión del ejército y de la policia de los movimientos de campesinos es conocida y no acabó con este gobierno. Una delegación de unas organizaciones de derechos humanos y del medio ambiente, viajó a Colonia San Juan para acompañar el trabajo de INDERT y apoyar la FNC.
Ahora INDERT ha anunciado que los agricultores de soja pueden recolectar hasta mediados de febrero lo que ha crecido en estos terrenos, y que después tienen que marcharse. El trabajo es complicado, como también hay unos productores pequeños que tienen más que un terreno, que no está permitido. El verdadero problema son los que tienen diez terrenos o más. Se construyeron nuevas casitas en varios terrenos de soja para demostrar que fueran ‘habitados’ y para recibir una compensación por las ‘mejoras’ al terreno en caso de que fueran expropiados. Al contrario, los que pierden su terreno no reciben ninguna compensación y aun tienen que pagar el alquiler de los años que ocupaban estos terrenos y por el daño que le han causado.
La historia de Colonia San Juan, Canindeyu.
“Preferemos morir en la calle luchando que en la casa envenenados”, Arnilda Chaparro
Arnilda Chaparro y Eliodoro Centurión han sido miembros de la comunidad desde la primera hora: cuentan como en 1994-1995 a la gente sin tierra fueron asignados unos terrenos en esta zona, que entonces aún erá todo un bosque. En este bosque construyeron casas y crearon espacio para cultivar la tierra. No recibieron apoyo ni del gobierno ni de otras personas u organizaciones.
Sin embargo, después de seis meses los echaron porque INDERT había revendida esta tierra a los agricultores brasileños de soja y había un orden judicial para desalojarlos. Mataron a un compañero. Lo atropelló – no por casualidad – un camión, la manera típica para una liquidación por encargo. Destruyeron todo, aun el colegio.
Parte de los primeros colonos volvió para ocupar la tierra de nuevo. Pero con los años, muchos tenían que dejar su tierra a causa de problemas económicos y vendían los terrenos a agricultores de soja o vecinos. Al principio solamente se les pagaron nueve millón guaranies (unos 1500 euros) para 10 (!) hectáreas a los que se tenían que ir. Sobre todo en el periodo 2003-2004 muchos se fueron, cada dia unas tres a cuatro familias.
Los agricultores de soja intentaban a persuadir a las familias que se quedaban a empezar con el cultivo de soja, pero según Chaparro y Centurión solamente se trataba de propaganda. Mientras tanto, se hacía imposible producir cultivos de alimentos al lado de los campos de soja, por causa de las fumigaciones.
Un pueblo indígeno cercano, Takuatú, está completamente encerrado por la soja. Los agricultores de soja eligieron su jefe y le construyeron una casa bonita y ahora 70 por ciento de las mil hectáreas que tenían está cubierto de soja.
Un colegio abandonado, encerrado de campos de soja en Colonia San Juan.
Muchos colegios en la zona se tuvieron que cerrar porque cada vez había menos alumnos por causa de las familias que abandonaron sus tierras.